El mundo de las reformas es totalmente apasionante. Lógicamente no gustan a todo el mundo y es mucho mejor verlas que sufrirlas en casa pero la realidad es que somos muchos los que adoramos ver el proceso, y por supuesto, ver el cambio que pegan algunas estancias, e incluso viviendas y edificios completos, después de finalizar una reforma. Son engorrosas, sucias y a veces pueden resultar muy molestas, pero incluso cuando se realizan en tu casa, suelen merecer la pena.
Tal vez, debido a esto, es por lo que los programas de reformas están teniendo ahora tantísimo éxito en televisión. Hay cadenas, de las conocidas como secundarias, que se pasan parte del día reponiendo, una y otra vez, programas sobre reformas. Empezaron, si no recuerdo mal, con los programas de “Tu casa a juicio” muy seguiditos de los programas de los gemelos Scott, que tan famosos se han hecho en el mundillo, pero ahora hay muchos más, “Buscadores de minicasas”, “Minicasas de ensueño”, “Comprar y reformar”, “Tu casa lo vale” y muchísimos más entre los que destaca el nuevo concurso de Antena 3 TV “Masters de la reforma”.
Obviamente, hay unos programas mejores que otros, pero en general a los que nos gustan, nos gustan todos.
Es como las series que se hicieron tan famosas hace unos años donde había una secretaria feota y luego le hacían un cambio de look, casi al final, y era todo un bellezón. Pues lo mismo pero con espacios. Puede que al entrar en el salón veas una estancia anticuada e incluso una muy mala distribución de las habitaciones en general en toda la vivienda pero después de una reforma, si hace bien, encontrarás una casa totalmente diferente, adaptada a la personalidad del propietario o bien diseñada con neutralidad si la reforma se ha hecho pasa su posterior venta.
Siempre he pensado que si se tiene una buena reserva de dinero, ese sería un fantástico modo de invertir y ganar más. De hecho, si yo misma pudiera embarcarme en algo así sería feliz de montar una pequeña empresa de compra-venta de inmuebles. Buscaría pisos céntricos o en barrios demandados por la sociedad, los más viejos y estropeados que encontrara, los compraría y los reformaría de arriba abajo para poder venderlos después y sacar un buen dinero. Sería el mejor trabajo de mi vida, pues estaría constantemente haciendo lo que me gusta y ganando dinero con mi propia empresa. El problema es que ese sueño me queda muy lejos porque para eso hay que tener dinero con el que invertir, por lo menos al principio, en un primero piso que poder reformar y volver a vender y al paso que voy no creo que consiga esos ahorros en mi vida. ¡Bastante tengo con pagar mi propio piso!
Lo bueno es que familiares y amigos, conocedores de mi hobby, suelen recurrir a mí cuando hacen reformas en sus viviendas o en pisos heredados que quieren alquilar o vender a posteriori, así que (aunque es trabajo) puedo disfrutar esta pequeña afición que tengo de vez en cuando.
Rediseñando Espacios
El último proyecto en el que me he visto envuelta ha sido toda una maravilla porque quien me pidió el favor de ayudar me dio libre albedrío. Se trata de una amiga que heredó, de su padre, una vivienda antigua en un barrio bastante demandado por su proximidad al centro de la ciudad y su buena comunicación con casi cualquier punto. Quería vender y olvidarse del piso en cuestión pero tal y como estaba le hubieran pagado menos de lo que realmente vale así que me dijo que podía hacer lo que quisiera en la vivienda con la única premisa de, lógicamente, intentar gastar lo menos posible para luego poder sacarle el mayor beneficio.
Yo le dije, por supuesto, que antes de pensar en cosas de estética habría que mirar cómo están las instalaciones de la vivienda porque son partidas que no se ven pero donde te puedes dejar mucho dinero. Al final, lo primero que se hizo fue cambiar la instalación eléctrica y la instalación de fontanería porque, como me temía, tenía demasiados años y ningún tipo de mantenimiento pero, a partir de ahí, llegó lo bueno.
Se trataba de una vivienda en un edificio con unos 50 años de antigüedad (que no es mucho, pero sí suficiente como para que hayan problemas si no ha habido el debido mantenimiento) con tres habitaciones, salón-comedor amplio, una cocina que no estaba nada mal de tamaño, un baño bastante grande también y una especie de alacena o pequeño almacén al final del pasillo.
Como mi amiga no quería gastarse mucho dinero pero quería que la casa quedase resultona empecé a pensar posibilidades y cuando lo tuve claro contacté con esta empresa de reformas de granada para preguntarle si mi idea era viable. La disposición de la vivienda era la siguiente: entrabas directamente a un estrecho pasible con dos puertas, una a cada lado. La puerta de la derecha daba a la cocina y la puerta de la izquierda al salón-comedor, pero dentro ese espacio había otra puerta que daba a una habitación extra. Al principio pensé que podría ser un despacho perfecto, comunicado por una puerta con el salón, pero no me encajaba nada que hubiera que atravesar toda una estancia para poder llegar a otra (imaginad que en lugar de un despacho, quien compre la casa decida instalar ahí a su hijo, el pobre niño tendría que atravesar el salón para poder entrar en su cuarto). Luego, siguiendo el pasillo desde esas dos primeras puertas que nos encontramos al acceder a la vivienda, vemos cuatro puertas más, la primera es la habitación de matrimonio, la segunda una habitación individual, enfrente de esta nos encontramos con la puerta del baño, y al final del pasillo una puerta que queda frente a ti y que es un pequeño armario/almacén con varias lejas.
Mi idea era la siguiente, dividir el salón comedor en dos de modo que esa primera puerta enfrente de la cocina diera a una habitación de buen tamaño donde pensaba instalar la oficina. Así, la otra mitad del salón la uniría (tirando el tabique) con la habitación a la que se tenía que acceder por dentro de la estancia. Resultado: seguiríamos teniendo tres habitaciones más un salón comedor amplio y habríamos solventado el problema del acceso.
La empresa me dijo que era factible así que nos pusimos manos a la obra (bueno, más bien ellos, yo solo me pasaba de vez en cuando para ver todo). Instalamos suelos nuevos, de tarima, muebles nuevos en la cocina y por supuesto reforma completa en el baño, una mano de pintura y unos cuantos muebles de Ikea económicos para que la casa quedase resultona a la hora de enseñarla a los posibles compradores. Gasto final de la reforma 11.000 euros.
El piso estaba valorado, antes de la reforma, en 55.000 euros y después de ella la cosa subió hasta los 80.000, gracias en parte a su buena ubicación y lo bien que quedó todo. Ese fue el precio por el que se vendió por lo que mi amiga obtuvo unos 14.000 euros de beneficio al descontar los 11.000 de la reforma. Nada mal ¿eh? Y eso que no soy profesional.
La decoración importa
El problema que tienen muchos vendedores es que se creen que como quien entre a vivir de nuevas en ese piso va a redecorar todo a su gusto carece de importancia la decoración que haya en ese momento. Sin embargo, si muestras un piso con mobiliario antiguo, sin la pertinente mano de pintura que deja las paredes limpias y blancas como la cal o incluso si enseñas un piso vacío de muebles, encontraremos a muchísimos compradores que no se hacen la idea de cómo podría quedar ese piso una vez se haya rediseñado. Digamos que hay que darles las cosas bien mascaditas para que no tengan que pensar mucho.
En ocasiones, los pisos nuevos se venden con esos muebles nuevos que el vendedor instaló para enseñar la vivienda, en otras ocasiones se vende solo el inmueble y entonces hay que poner a la venta esos muebles en Wallapop, y no importa porque realmente merece la pena.
Lo primero que hay que pensar es que “menos es más” así que nada de recargas las estancias con muchos muebles aparatosos porque entonces las habitaciones parecerán más pequeñas de lo que son. Por ejemplo, si estamos montando un dormitorio lo ideal es pones una cama, una mesita de noche y un armario, no nos comamos la cabeza poniendo tocadores o zapateros porque (a no ser que hablemos de un dormitorio super grande) estos muebles quitan espacio y empequeñecen el espacio.
Eso sí, hay que tener muy en cuenta los detalles. Por ejemplo, en la mesa de comedor siempre me gusta poner un centro bonito con velas blancas. Es un tipo de decoración nórdica que se ha puesto muy de moda y que es muy neutra, por lo que suele gustar a todo el mundo, lo encargo en velasmasroses.com a medida y lo coloco inmediatamente en el centro de la mesa grande de comedor. Otra cosa que hago siempre es pones una estantería-librería o una vitrina de cristal moderna para poner tres adornos y cuatro libros bien repartidos porque aportan una sensación hogareña que no se consigue con otras decoraciones. Y en el baño, por supuesto, alguna planta decorativa muy verde, aunque sea artificial, como decoración tipo Spa.
No voy a decir que yo sea una magnífica decoradora interiorista porque no lo soy, ni siquiera he estudiado nada similar o de la misma rama, pero parece que se me da bastante bien así que si seguís mis consejos igual tenéis la misma suerte que mi compi y os sacáis unos dinerillos extras con la venta de un piso. No dudéis en invertir para luego poder vender más caro, siempre merece la pena.