El arte es la mentira que nos ayuda a ver la verdad.
Pablo Picasso
La definición de arte ha sido, a lo largo de toda la historia de la humanidad, motivo de discusión de filósofos y artistas, sin haberse llegado aún a una acuerdo que permita establecer una definición precisa, pero generalmente se entiende como un saber hacer, una actividad creadora propia del ser humano, una forma de expresión y de comunicación con una finalidad estética. Está demostrado que la familiarización con el arte desde edad temprana favorece la comunicación, aumenta la memoria y la concentración, abre la mente hacia nuevas perspectivas, lo que permite contar con más puntos de vista, desarrolla la conciencia ética, promueve los sentimientos de solidaridad y el trabajo en equipo, desarrolla el vocabulario, ofrece confianza y seguridad, mejora el autoconocimiento personal y eleva el espíritu, trascendiendo la pura materia y conectando al ser humano con la totalidad del universo. Los niños son especialmente sensibles hacia todas las formas de arte, y fomentar su actividad creadora incrementará significativamente sus oportunidades de éxito académico y su futuro laboral, al tiempo que mejora las relaciones sociales y la autoconfianza.
La enseñanza en el arte ha de comenzar a edad temprana y ha de acompañar al estudiante durante toda su etapa formativa, incluyendo la etapa universitaria, en la que la que la práctica de alguna actividad artística es altamente beneficiosa para los estudiantes, quedando patente en sus resultados académicos que tienden a ser más satisfactorios que en los que no practican ninguna forma de arte.
Esto lo saben bien en La residencia universitaria en Madrid, Institución del Divino Maestro, una fundación benéfico-docente promovida y patrocinada por el Arzobispado de Madrid desde el año 1927. Su principal objetivo es proporcionar al universitario un amplio bagaje cultural necesario para una mejor convivencia y una formación social y humana a la altura de los tiempos. Para ello, en esta residencia universitaria de Madrid se organizan actividades, compatibles con sus estudios y llevadas a cabo por ellos mismos a través de comisiones, como son las charlas y coloquios, los certámenes de relato corto y poesía, los concursos de fotografía y cortos de cine, etc
Los universitarios que conviven en un ambiente de estar característica estacan por su dedicación al estudio y por una asombrosa predisposición para la convivencia pacífica, el compañerismo, el pensamiento libre y la responsabilidad.
¿Por qué es fundamental desarrollar el sentido artístico en los más pequeños?
El arte es una forma de expresión y de comunicación que pretende transmitir un mensaje directo desde la psique del artista al mundo exterior, de forma que el artista en su obra, abre una ventana a su mundo interno, a sus pensamientos, a sus sentimientos y a sus emociones. De esta forma el artista se descubre, se muestra sin tapujos, se desnuda y da la cara a todo el género humano, permitiéndole participar de lo más profundo de sí. Y lo mismo ocurre con los niños y niñas, esos pequeños artistas que con sus dibujos y manualidades, con sus poesías, sus canciones y sus obras de teatro, nos dejan entrever su forma de pensar, de sentir y de ver la vida, de enfrentarse a la realidad y de gestionar sus emociones.
Por otro lado, el arte tiene un elemento motivador, una fuerza cautivadora que atrapa al que lo ejecuta y le permita vivir en un mundo nuevo creado por él, lo que incrementa enormemente los sentimientos de felicidad por parte del niño, su sensibilidad y su confianza. El niño y la niña necesitan vivir el arte, la experiencia estética, necesita enfrentarse al reto artístico y descubrir todo lo que se esconde en su interior.
El aprendizaje que fomenta la producción artística es una muy buena opción ya que favorece más el trabajo cooperativo, la reflexión o la autocrítica, y lo hace en mayor medida que otros métodos tradicionales de educación, manteniendo motivado constantemente al alumnado, enfrentándolo a nuevos retos artísticos y ofreciéndole las herramientas para superarlos. Todo esto promueve el aprendizaje efectivo del alumno, mejorando su seguridad en sí mismo, favoreciendo su desarrollo cognitivo y facilitando su apertura a los demás. Podemos decir que arte y felicidad se encuentran estrechamente relacionados.