La artesanía puede ser un verdadero arte. Y no solo porque compartan la raíz de la palabra. A menudo cuando escuchamos la palabra artista nuestro imaginario colectivo nos traslada a la visión de un pintor, un escultor o una idea del artista de una forma más clásica. Sin embargo, ¿puede existir arte en las pulseras de plata para mujer o en los anillos y colgantes? El debate, sin duda, sería apasionado y apasionante, pero nosotros, desde este blog en el que el arte es el centro temático, diríamos que sí, puede existir y, en muchos casos, existe Arte en la creación de joyas.
Ya sea en la joyería más tradicional o en la bisutería más ligera, el elemento principal con el que jugamos es la belleza. Pero, exactamente, ¿qué es la belleza? En el Diccionario de la Real Academia de la Lengua (RAE) el concepto tiene dos acepciones. La primera establece que la belleza es la “propiedad de las cosas que hace amarlas, infundiendo en nosotros deleite espiritual. Esta propiedad existe en la naturaleza y en las obras literarias y artísticas”. La segunda acepción, “mujer notable por su hermosura”, mejor la obviamos. Según la primera definición de la RAE, ¿habría belleza en las joyas? ¿Se podría englobar las joyas dentro de esas obras “artísticas”? Como siempre, la ambigüedad juega a favor o en contra, según intereses, en este caso. Para algunos, evidentemente, la joya será artística, para otros, simplemente comercial o industrial incluso. Para gustos, ya sabemos.
Sin embargo, es evidente que la belleza sí reside en la joyería. Eso no habrá nadie que lo niegue. Es su componente principal. O mejor dicho, su componente etéreo principal, pues la plata, el oro y los diamantes sí son componentes físicos, por ejemplo. Pero este componente etéreo, decíamos, sitúa a las joyas como un elemento de vestuario y moda con un cierto valor sentimental en muchas ocasiones. Existen personas que sienten verdadero amor por sus colgantes de plata de ley o hacia sus anillos de cualquier otro tipo de material de joyería.
¿Y las joyas de bisutería? Alejadas del glamour que suelen ostentar las joyas de alta gama, las de bisutería pueden llegar a causar una sensación igual o mayor de belleza y amor que ellas. En muchos casos, este cariño viene dado por el valor sentimental, pero también puede ser que la constitución, los materiales o cualquier otro detalle de la pequeña joya nos hagan ver belleza en ellas. ¿Podrían entrar dentro de la categoría de Arte como joyas?
En cualquier caso, Arte o no, lo que sí se puede asegurar es que las joyas siguen siendo uno de los productos preferidos a la hora de regalar y sorprender a un ser querido con un detalle. En los últimos años, además, el comercio online ha generado un nuevo mercado de compra de joyería, algo que antes pertenecía más al ámbito puramente comercial y físico, en el que los compradores acudían a la tienda en cuestión y, tras mirar, comparar y decantarse por una pieza, efectuaban el pago y se llevaban el regalo. Hoy en día, con la irrupción de la red como gran centro de compras, todo eso ya ha cambiado. Sigue habiendo establecimientos dedicados a la distribución y venta de joyas, pero la posibilidad de comprar pulseras de plata online ha aumentado en los últimos tiempos y ha provocado también una cierta reducción del mercado físico en lo referente a la joyería. Sin embargo, todavía hay mucha desconfianza en torno a la compra por internet de todo tipo de productos, siendo la joyería uno de los que más reticencias provoca, quizás porque los desembolsos suelen ser mayores y la testar la calidad del producto en mano aún sigue proporcionando una suerte de seguridad. No obstante, son muchas ya las tiendas de joyería que han optado por establecerse, además de en el entorno comercial físico, dentro de las opciones que ofrece internet para el comercio online. Mom Joyas, una de las pioneras, por ejemplo, alberga todo su catálogo en la red a disposición del cliente, al que garantiza envíos y pagos seguros. Pero, tanto si se compra online como de forma física, el criterio primario sigue (y seguirá) siendo la belleza. Eso no cambia.