BMW es una empresa de origen alemán que actualmente se dedica principalmente a la venta de automóviles y motocicletas de gama alta. Si con los comienzos de la fabricación en cadena de coches se lograron reducir costes y acelerar la construcción de automóviles, las posibilidades que ofrecen los BMW son justamente las contrarias. Concretamente, acabados a mano, exclusividad, unicidad, personalización y la más alta calidad, tanto en la materia prima como en la mano de obra.
De este modo, se consigue dar un paso más allá y despreciar, dicho entre comillas, los montajes en cadena, al menos para ciertas partes del vehículo. Así, en una división creada especialmente en la compañía, se reciben pedidos de clientes que quieren personalizar al máximo cada detalle del vehículo, eso sí, sin entrar en conflicto con las normativas y exigencias de seguridad o la imagen corporativa que posee la marca. Planteadas estas limitaciones, dentro el amplio marco delimitado, el cliente puede llegar a dejar flotar su imaginación, consiguiéndose en cada caso, vehículos totalmente diferentes exclusivos y con gran personalidad.
Todo esto se consigue con el gran trabajo de “traducción”, por expresarlo de algún modo metafórico, de los artesanos que trabajan para BMW, de las ideas remitidas por los clientes en espacios o formas reales en el coche. Evidentemente, muchas de las mejoras se encuentran en los acabados interiores, formas, firmas o materiales. También se pueden crear espacios personalizados en el interior o en la parte trasera, añadiendo televisores, equipos de sonido, almacenaje de bebidas o reposabrazos.
Esta división creada por BMW con el fin de personalizar los coches al máximo es de carácter oficial y es un servicio creado directamente por la marca, pero hay otra serie de profesionales que también se dedican a la personalización de los vehículos de esta marca. Una alternativa se encuentra en los talleres que preparan estos coches para la competición. En este caso, el aspecto externo sufre cambios más llamativos, todos pensados para la mejora aerodinámica, la estética o el soporte para posibles patrocinadores. En el caso de la preparación de la máquina para la competición los elementos internos carecen de importancia, de hecho se eliminan con el fin de liberar pesos innecesarios y aprovechar toda la potencia del motor.
Otra alternativa a la personalización a las dos comentadas en párrafos anteriores es acudir a un taller de BMW. En Granada es muy famoso el Paiz BMW, especializado en realizar las modificaciones necesarias para conseguir una personalización diferenciadora y con carácter de cualquier modelo de BMW.
Estos talleres disponen de las maquinarias necesarias y adecuadas para esta marca, de modo que las garantías por los materiales y la mano de obra se llegan a equiparar a las de un servicio oficial.
De este modo, se consigue, mediante diferentes vías de servicio, una personalización y mantenimiento adecuados para cada vehículo que se adecúan a las necesidades de cada bolsillo o, como se ha visto, de cada uso al que se vaya a destinar cada coche BMW.