Qué difícil puede llegar a ser algunas veces trabajar en esto del Arte, ¿verdad? ¿Cómo encontrar un sitio para pintar?, ¿dónde realizar una sesión de fotos con modelos?, ¿en qué lugar podríamos establecer un pequeño estudio de escultura? La solución satisfactoria a este tipo de preguntas puede venir de la mano de empresas como esta que se dedica al alquiler de naves industriales en Madrid, si residimos en la capital española, o de la mano de otra empresa similar en cualquier otra ciudad si es el caso. Las naves industriales ofrecen una solución de espacio a todas estas cuestiones, tanto si necesitamos espacio para establecer unas suerte de taller de escultura o si precisamos de un lugar algo más recatado en el que poder pintar nuestras obras de arte para, después, intentar exponerlas y venderlas.
La posibilidad de la nave industrial abre multitud de opciones, tanto de tamaño como de necesidades, cuando lo que tenemos se nos queda pequeño. Es fácil que cualquiera haya empezado a desarrollar su carrera dentro de las disciplinas artísticas que más le interesasen en las zonas que para ello tenía disponible. Quien esto escribe, por ejemplo, ha conocido a pintores que habían empezado a pintar y acumular sus obras en la trastienda de una zapatería de un familiar, a escultores que dieron sus primeros pasos en dicha disciplina en el garaje sin utilizar de una vivienda de un conocido y otros muchos casos. Este es el caso del artista del metal Carlos Díaz Garrido, que debido a unos problemas de salud comenzó a crear figuras de metal en su garaje que posteriormente han sido expuestos en algunos pueblos de Cáceres. No hay límites para el Arte, que se puede crear con casi cualquier cosa, pero tampoco existen a la hora del espacio destinado para la creación y la modelación del mismo.
Seguramente los lectores conocerán las famosas imágenes del inmortal artista Pablo Picasso en su estudio, elaborando los primeros bocetos del Guernica y, posteriormente, posando con su cuadro. El artista malagueño pintó su gran obra, ahora expuesta de forma permanente en el Museo Reina Sofía de Madrid, en un taller parisino situado en las dos últimas plantas de un edificio de París, que estaban prácticamente deshabitadas. El pintor vivió y desarrolló su trabajo en el edificio desde el año 1936 a 1955. Ahora, el inmueble espera ser declarado como monumento histórico. Es obvio, y parece redundante decirlo, que el Arte no tiene fronteras, ni espaciales, ni en muchos casos mentales o intelectuales. Cada uno crea a su manera y en su lugar; lo importante es el resultado de esa creación, a veces no tanto el proceso, aunque influye claramente en lo que quedará como “la obra final” de cualquier autor.
Por eso no importa si el nuevo artista crea en un piso, en una nave industrial alquilada o, directamente, en la calle, como ocurre en el caso de muchas pinturas de Antonio López, creadas con una luz muy particular y determinada que el artista solo puede disfrutar en espacios e intervalos de tiempo muy cortos. De ahí que la duración del proceso en sus obras sea tan larga. El proceso creativo de este artista polifacético se puede ver paso a paso, y con todo lujo de detalles, en la película documental de otro genio del Arte, esta vez cinematográfico. El cineasta Víctor Erice recogió en su película El sol del membrillo (España, 1992) todo el proceso mental y físico que el artista realizó en su vivienda para pintar con todo lujo de detalles el otoño del precioso árbol frutal.
Como vemos, cada cual establece su pequeño estudio artístico donde le conviene o directamente donde le dejan. No están los tiempos como para andar con demasiadas exigencias, por lo que en muchas ocasiones el artista tiene que ser el que se adecúe a la disponibilidad. En ese sentido, el alquiler de naves industriales sí puede significar un paso adelante en esa especie de emancipación artística que implica el tener un lugar y un espacio propio donde el artista pueda crear a su libre albedrío, sin estar sujeto a la disponibilidad o no de un lugar determinado o a los vaivenes que siempre sufre el que vive de prestado. Lo mejor de los tiempos actuales es que traen multiplicidad de oportunidades.