Seguramente que hayas leído el libro de El Perfume de Patrick Süskind. Allí, el personaje de Jean-Baptiste Grenouille la rara habilidad de destilar cualquier esencia y fabricar, casi de memoria, toda clase de fragancias. Personaje de ficción pero que también existe en la realidad. Hay personas quen han desarrollado el don de obtener perfumes de equivalencia, prácticamente iguales, pero nunca imitaciones, que los originales. La perfumería de equivalencia es un mercado en rápida expansión. Aunque se está conociendo ahora, gracias a empresas como Essensi, este producto lleva ya años en nuestro país y existe una gran ignorancia al respecto. Todo un mundo que merece la pena conocer.
Algunos emprendedores han visto las ventajas que supone asociarse a empresas o laboratorios especializados que fabrican líneas exclusivas de fragancias. Estos innovadores comercializan, a precios asequibles, perfumes casi idénticos a los que muchos usuarios viven enganchados. Así, puedes encontrar hay referencias numéricas que equivalen a una tendencia olfativa: ‘tiende a Chanel nº 5’, por ejemplo. Pero son equivalencias y no el original, aunque tiene tanta calidad que es difícil de distinguir.
Un perfume de equivalencia no mide su éxito solo por su alta concentración de esencia como podemos creer, sino, por la calidad de esa esencia. Por ejemplo, en Esenssi crean y distribuyen perfumes de equivalencia con una elevada concentración de esencia, pero además sus laboratorios trabajan con materias primas de primera calidad dando la intensidad y duración suficientes para que el aroma sea fantástico desde el principio hasta varias horas después.
Así pues, si crees que tienes ese don por el cual conoces todos los olores, o incluso que eres capaz de desarrollar perfumes que recuerdan a los originales, prueba con esta profesión, que con la llegada de la famosa crisis ha provocado que todos agudicemos el ingenio.
