Se me ocurre al pensar en el fútbol como Arte, la canción de apertura de la serie Campeones (Captain Tsubasa; Hiroyoshi Mitsunobu, Japón, 1983-1986), que seguramente en España todos conocemos con el nombre adquirido de Oliver y Benji: “¡Oliver, Benji, los magos del balón!”. ¿Qué es, si no Arte, la magia de este deporte? Pero los magos necesitan adquirir utensilios, en este caso les viene bien esta tienda donde comprar botas de fútbol, aunque la serie nunca nos mostraba estos espacios intermedios y necesarios para que el delantero estrella hiciese las acrobacias que hiciese. Sin embargo, las botas de fútbol siempre han sido el único elemento primordial e indispensable del jugador de fútbol; más allá de la equipación, claro.
Hoy en día, los futbolistas personalizan sus botas de fútbol casi en cada partido. ¿Quién no ha visto en el telediario deportivo una información en la que aparecían jugadores como Cristiano Ronaldo, Messi o Griezmann presentando en un acto las botas que iban a lucir en su próximo partido? Este cambio constante de botas se debe a la proliferación de marcas patrocinadoras. Si cada semana el jugador estrella de cada equipo luce botas nuevas, la cámara seguramente tendrá un momento para enseñarlas. Y los informativos de deporte, ávidos de noticias fáciles y amables, seguramente estén deseosos de obtener la pieza del acto en el que dos jugadores de equipos contrarios se reúnen para alabar las virtudes de la marca y del nuevo modelo. Así es el fútbol ahora. Algunos lo llaman “fútbol negocio”. La polarización informativa hace que cualquier mínima información sobre los grandes equipos de la Liga española aparezca en lugares privilegiados de los espacios televisivos, aunque eso vaya en perjuicio de los más humildes, que se quedan sin ninguna relevancia el 99 por ciento de ocasiones.
Este es el motivo de que los jugadores lleven botas distintas casi cada jornada: la brutal presencia de las marcas en torno al deporte rey, que han convertido en su caldo de cultivo perfecto. Lejos ha quedado ya la época en la que todos los futbolistas vestían aquellas sobrias botas negras, sin adornos ni florituras. Todavía existen, en cambio, románticos que defienden aquella manera de ver el fútbol como “el fútbol de verdad”. Si el video mató a la estrella de la radio, se podría asegurar que las marcas hicieron lo propio con el fútbol clásico. La Revista Líbero, por ejemplo, aboga por ese fútbol de botas negras de cordeles, el que todavía se sigue jugando en los barrios sin profesionalizar. Por eso, quizás, sus entrevistas ahondan mucho más allá de la actualidad y se centran también en otros aspectos. Así lo demuestra el perfil de los entrevistados que aparecen, generalmente, en sus portadas: Frederick Kanoute, Paco Jémez, Juan Carlos Valerón o Xabi Alonso, extraño paradigma de la extensión del futbolista más añejo al fútbol moderno, y más ajeno a este modelo. En otros medios, por el contrario, sí vemos la tendencia a frivolizar de una forma más evidente. En la previa del gran clásico que enfrentó a Real Madrid y Barcelona, el pasado 20 de noviembre, el diario Marca publicó un artículo de video centrado en una comparativa de las botas que utilizarían las dos grandes estrellas, Leo Messi y Cristiano Ronaldo. Esta pieza ¿periodística? es un magnífico ejemplo de cómo las marcas, en este caso, Nike, se han introducido en el negocio del fútbol hasta casi establecer los tiempos y las tendencias dentro del mismo.
¿Qué influencia puede llegar a tener todo esto? Pues, depende. Digamos que en el fútbol, en lo que es el desarrollo del juego y el resultado, poco o nada. Al final, el futbolista que mete goles y que fabrica grandes jugadas lo hace con unas botas de última generación con todas las mejoras o con unas estándar. Fuera del futbol, mucha. Qué se lo pregunte si no a todos los padres que ahora andan locos buscando botas de fútbol baratas para poder regalar a sus hijos, que evidentemente son muy permeables a todas estas maniobras publicitarias que se han instaurado en torno a los partidos de fútbol, sobre todo alrededor de los equipos más grandes (Real Madrid, F. C. Barcelona o Atlético de Madrid, entre otros, en nuestro país). El fútbol, ahora, es más marketing.