La moda es un fenómeno cultural y social, que en nuestros tiempos cada vez ocupa un lugar más relevante. Mas allá de un mero invento humano para tapar la desnudez y protegerse de la adversidad del clima, la ropa se ha ido convirtiendo desde su aparición en una expresión no solo de la sociedad en su conjunto, sino de grupos sociales cada vez más concretos, como una herramienta clave a través de la cual definirse ante los demás.
La manera de vestirnos y de llevar ciertos complementos puede producir la aprobación y aceptación del resto, o por el contrario las ansias de marcar la diferencia respecto a la masa, incluso determinar nuestro estatus social e ideológico. Es decir, nuestra manera de vestir juega un papel destacado en las primeras opiniones que se hacen sobre nosotros.
Muchas de las caras más conocidas del panorama actual lo son solo por su manera de vestir y su adicción a las tendencias. Es el fenómeno de las blogeras de moda, en boga por sus artes en el vestir. Dictan lo que se lleva en cada instante y cómo se lleva, haciendo en muchas ocasiones que la absoluta libertad que puede otorgarnos la moda quede restringida y encorsetada a las cuatro referencias actuales que se dictan a cada instante.
Reflejo de lo que somos o queremos declarar al exterior, está claro que muchas veces la ropa tiene tanto que decir como nosotros mismos, y que por ello hay maneras de acudir a una reunión, a una entrevista de trabajo o a una boda. Es tal la importancia que se le da al vestir que hasta han surgido nuevas figuras como los personal shopper -no hay más que ver el caso de Marta San Miguel– o los estilistas. Expertos en el arte de combinar y saber lo que mejor sienta, su trabajo consiste en ayudar a aquellos que quieren cambiar o mejorar su estilo, dejándose en manos de un especialista que sepa adaptarse a lo que mejor le va sus características físicas y que evite cualquier error. Un asesor de imagen podrá acercarnos a las tendencias, pero siempre desde el lado que más nos favorezca, buscando cada una de las prendas que puedan ayudarnos a mejorar nuestro aspecto y sobre todo ofreciendo consejos muy útiles para que nuestras futuras compras sean lo más efectivas posibles.
Por ejemplo a la hora de sacar el máximo partido a nuestro presupuesto para ropa, cuando acudamos a comprar varias prendas deberemos tener en cuenta que hacernos con prendas que se lleven pero que puedan convertirse en un básico o que dispongan de un corte más clásico harán que pasada la moda sigan siendo ponibles.
Otra buena opción es que a la hora de comprar faldas o pantalones, compremos también junto a ellos dos o tres camisas o camisetas que combinen, por lo que de una manera rápida nos estaremos haciendo con varios looks u outfits para una misma prenda. Será clave fijarnos un presupuesto y sobre todo revisar nuestro armario antes de disponernos a comprar para hacernos una lista mental (incluso física) de las prendas de las que tenemos más necesidad y así no derrochar el dinero en antojos que después no solucionen las necesidades que teníamos, teniendo así que volver a comprar. Recuerda que si no podemos disponer de un gran vestidor repleto de opciones, lo mejor será saber escoger de tal manera que todas nuestras prendas posean estilo, sobre todo las básicas, invertir en ellas, ya que serán las que vistamos más habitualmente, y después contar con algunas otras con las que seguir la moda, así multiplicaremos fácilmente nuestras opciones.