Ventajas de buscar un pintor profesional antes de hacerlo tú mismo

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¿Os habéis dado cuenta de que ahora los anuncios de productos en televisión no os hablan de las maravillas del mismo o de las sensaciones que te provoca comprar dicha cosa? No, ahora los anuncios no os hacen evocar la imagen de lo maravillosos que seríais si utilizaseis cierta colonia o si condujerais tal coche, en la actualidad todos los comerciales apelan al bolsillo. Te dicen lo que puedes conseguir por tan solo esa cantidad de dinero o te llaman tonto por pagar de más por algo que ellos te ofrecen más barato. Desde comparadores de viajes hasta de seguros de coche, todo tiene que ver con la cantidad que gastamos por tener dichos servicios. Influidos por la crisis estamos haciendo del precio lo más importante para contratar un trabajo o para comprarnos algo, pero quizás estemos dejando de lado algo que es muy importante: la calidad.

Un sector en el que se está viendo mucho esta influencia es en el de la pintura. Las grandes superficies de bricolaje nos están ofreciendo barriles de pintura a precios baratos con la excusa del hágalo usted mismo para que le salga a mejor precio, pero a veces sale más caro. ¿Realmente nosotros entendemos de pintura?

La figura del pintor está muy infravalorada. Nosotros cogemos una brocha y un bote de pintura y nos creemos casi el Greco. Pero incluso la pintura a brocha gorda tiene sus secretos. No tiene nada que ver pintar una habitación por nuestra cuenta que dejar que lo haga un verdadero profesional.

Un experto en pintura como los del grupo de profesionales que conforman la empresa Mi pintor sabe de sobra por ejemplo que no podemos utilizar el mismo tipo de pintura para la pared que para los techos, ni la misma si vamos a pintar en el exterior de la casa. ¿Somos nosotros conscientes de esto? ¿Realmente os imagináis en una gran superficie especificándole esto al vendedor? Lo cierto es que no. Probablemente nosotros iríamos a pedir un color blanco para el techo y alguna tonalidad diferente para las paredes. Pero no es suficiente. Un profesional conoce que el blanco para los techos le da amplitud y que es el conveniente, pero además sabe que no puede utilizar el mismo tipo de pintura para la parte superior de la habitación. Normalmente par las paredes se utiliza una pintura plástica, más fácil de limpiar. Es la que a todos nos encanta porque los niños pueden pintar en ella y nosotros podemos causar alguna pequeña mancha moviendo muebles o mismo rozando con el aspirador al limpiar y con un trapo humedecido en agua la retiraremos fácilmente. Pero en el caso de los techos esta pintura no sirve. Además de que es casi imposible que lleguemos a manchar tan alto, los techos deben respirar, que es algo que la pintura plástica no les permite hacer.

Por otro lado, ¿os habéis planteado que detrás de los radiadores también se pinta? ¡Ah, caramba! Esto es todo un mundo nuevo. Pintar entre un radiador es muy complicado porque tiene muchos agujeritos y ranuras por las que se pueden ver nuestros fallos, así que lo más normal y la forma de hacerlo bien es retirar el radiador para poder pintar. Pero sacar estos artilugios no es nada sencillo y requiere de un profesional que sepa hacerlo.

Ocurre lo mismo con los lugares a encintar o tapar para que la pintura no pase. Por ejemplo, cómo hacer para pintar la pared sin tocar el techo o como pintar el techo sin salpicar en la pared. Incluso para poder hacerlo con perfección y pulcritud debemos conocer técnicas que solo las da la experiencia. Ni siquiera poner cinta adhesiva alrededor de los muebles o por la pared es fácil y los verdaderos pintores saben cómo hacer que esta se pegue sin luego dejar manchas de cola en la pared ni en los muebles, que encima son muy complicadas de quitar.

Las tonalidades de la pintura son otro mundo. Podemos leer muchos blogs de decoración con ideas, pero realmente el resultado final es difícil adivinarlo porque cada vivienda es un mundo. Según el tamaño de habitación que tengamos o el tipo de luz que reciba debido a la orientación la gama de colores a utilizar será diferente. Quizás hemos visto un color blanco roto precioso en una revista de muebles y queremos copiarlo en nuestro salón, pero después, una vez está todo pintado, nos damos cuenta de que no casa para nada con el tapizado del sofá. Por ello es mejor consultar a un especialista y dejar el trabajo en sus manos.

Y dentro de los especialistas, es conveniente fijarse también en su modo de trabajo. En la actualidad proliferan esos carteles que vemos por las ciudades en los que se ofrecen pintores a un gran precio. Este precio lo suelen conseguir porque para buscar las tonalidades de color que nosotros les pedimos para nuestras estancias ellos van mezclando tintes con un bote de pintura blanca barata. Pero ¿qué ocurre si es por cualquier cosa esa pintura nos vuelve a hacer falta para reparar algún roce en la pared o simplemente porque nos gusta tanto que queremos repetirla en otra habitación? Pues sí, como imagináis, encontrar de nuevo la mezcla exacta es imposible, ya que la hacen a ojo. Lo apropiado es elegir el color en una carta de tonalidades que cada compañía de pintura edita con sus colores por temporada o indicarle nuestras preferencias al pintor y que este adquiera la pintura en tiendas en las que es una máquina la que la elabora. Estas máquinas buscan la mezcla exacta y la etiquetan con una referencia. Si se acaba el bote, en la tapa encontraremos el número con el que solicitar la misma tonalidad, y si por el paso del tiempo la pintura se vuelve inservible, podremos localizarla por el mismo sistema.

Ya sabéis, lo barato sale caro y un profesional siempre es la mejor opción.

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