¿Sabéis cuánto puede vender el embalaje de un producto sin tener en cuenta lo que lleva dentro? Según los últimos estudios se estima que ante el mismo producto envuelto de manera diferente el usuario escogerá uno u otro dependiendo en un 88% de las características del embalaje y el packaging. El embalaje es fundamental en el éxito o fracaso de la venta de un producto, ya que ayuda a que resulte más atractivo para el consumidor.
Ahora bien, debemos tener una cosa muy clara, ser un fantástico diseñador gráfico no significa ser un maravilloso diseñador de packaging, pues para ello no solo has de saber diseño, sino también publicidad y estudiar concienzudamente a qué tipo de público va dirigido el producto que se pretende vender con el fin de diseñar el embalaje que más pueda llamar su atención.
Empacke, una de las empresas especializadas en packaging más conocidas a nivel nacional, sigue siendo líder en el sector tras muchos años manteniendo su posición precisamente porque cuenta con profesionales del diseño de branding en Sevilla, además de con magníficos diseñadores gráficos especializados en el diseño de packaging. Ambas profesiones han de ir unidas en este sector, y por eso hablaremos de verdaderos artistas cuando tengan ambos conocimientos.
Tres cosas que debemos evitar
- El embalaje debe estar ideado para que el posible comprador pueda saber qué contiene en todo momento. Si el comprador encuentra el producto que busca en un stand, aunque a su lado esté el mismo producto por un precio menor, es posible que no lo advierta porque su embalaje no especifica lo que es. Del mismo modo es un error exponerlo en los stands de las tiendas de modo que la etiqueta del producto no quede a la vista del cliente. Conclusión: el embalaje siempre ha de identificar el producto que contiene.
- No uses un embalaje estándar. Es muy importante personalizar tu packaging para que sea tu marca la que se mueva gracias a la venta de tu producto. Esto te traerá visibilidad e imagen corporativa.
- No pongas las cosas complicadas. A veces tendemos a pensar que un embalaje elaborado con dobleces y mucha estética conseguirá el efecto deseado en los posibles compradores, pero no siempre es así. Hay sectores de población que buscan comprar un producto bueno y económico independientemente de la marca que lo haya fabricado, por lo que no prestan importancia al embalaje, al menos no de manera consciente, y por ende buscan algo sencillo que no infle el precio del producto por el gran diseño que tiene su caja. Ahora bien, eso no significa que debamos poner una simple caja de cartón, sino que debemos buscar un término medio que contente tanto al usuario que busca lo más económico como al despistado que busca un producto y no lo localiza hasta que el embalaje no llama su atención.
Ejemplos de grandes ideas
La originalidad, como en cualquier tema en el que tenga algo que ver la creatividad, juega un papel importante, y en cuestiones de embalaje la situación no iba a ser diferente.
Uno de los mejores embalajes que he visto hasta la fecha salió esté pasado julio de la mano de una empresa española que diseñó una caja-cubitera para mantener las bebidas que hay en su interior frescas. Con este tipo de diseños lo que se consigue es aportar un valor añadido tanto a sus clientes como a los clientes de sus clientes pues, llaman la atención del comprador con algo original y además dejan muy buena imagen de la marca al ofrecer una doble funcionalidad.
También me pareció realmente interesante el envoltorio que han ideado, y que aún está en laboratorio, en Proinec, una empresa navarra que elabora envoltorios comestibles para embalar alimentos. Imagínate comerte una galleta a la que no le tienes que quitar el papel que la protege, pronto será posible. Al igual que ya lo es llevar una gota de agua en el bolsillo, una especie de burbuja comestible que al romperse libera unos 50 mililitros de agua.
Grandes ideas que salen de grandes creadores. ¿Y Tú, te atreves con algo así?